La verdad es que no me gusta estar tanto tiempo sin publicar…. no me gusta nada. Pero os digo sinceramente que me ha sido imposible. A ver como consigo recuperar el ritmo, que se avecina un final de año «simpático», supongo que todos estareis pasando por lo mismo.
Respecto a la receta, que es lo importante, deciros que este es uno de mis platos favoritos desde que yo recuerde. Era la especialidad de mi madre, y a mi se me alegraba el día cuando llegaba a casa y veía que había canelones de atún, vamos casi lo contrario a lo que me pasaba con las lentejas (pobres lentejas…. qué habrían hecho para merecer tal maltrato). Y lo curioso es que, al contrario de lo que me ha pasado con la mayor parte de alimentos, que he cambiado de opinión sobre ellos según me he ido haciendo mayor, con las lentejas y los canelones sigo armando la misma cantinela… Unos por «me los como todos» y otros por «joooooooooooooooo». La ventaja que tiene el ser mayor es que uno ya es consciente de que las legumbres son sanísimas, así que se sienta y se come el plato sin liarla demasiado, y hay días que hasta me gustan mucho. Os diré que cuando era pequeña también me las comía eh… sería buena, para eso se las pintaba mi madre estupendamente «hasta que te acabes el plato no te levantas de la mesa», así me diesen las 7 de la tarde.
Bueno que me disperso, aquí teneis la receta de los canelones de atún. La salsa bechamel, si es casera, es conveniente hacerla por lo menos el día antes de los canelones, uno para que coja cuerpo y dos, porque si hacemos las salsas el mismo día que los canelones el tiempo que pasamos en la cocina se nos hace demasiado.
De la salsa de tomate os digo lo mismo, pero en este caso solo se cumple el punto número dos del de la salsa bechamel 🙂
Ingredientes (12 canelones):
– 12 placas para canelones ya precocidas.
– 1 cebolla mediana.
– 1/2 pimiento rojo.
– 3 latas pequeñas redonditas de atún (puede ser al natural o en aceite de oliva).
– 1/2 litro de salsa bechamel (comprada o casera hecha del día anterior para que haya cogido cuerpo).
– 200 ml. de salsa de tomate (vuestra salsa preferida… si es casera cien mil veces más rica).
– 1 bolsa de vuestro queso favorito para gratinar.
Lo primero será poner un bol con agua caliente que cogemos directamente del grifo.
Sumergimos las placas de canelones una a una y dejamos reposar 20 minutos o lo que indique el fabricante de la pasta. Eso sí, debeis de mover las placas y separarlas de vez en cuando, sobre todo al principio, porque si no se pegarán unas a otras. Haced esta operación con mucho cuidado, que no se os rompan.
Por otro lado cortamos la cebolla y el pimiento en trozos muy pequeñitos y ponemos una sartén en la que haremos el relleno con un chorrín de nada (ya veis la foto) de aceite de oliva suave. La ponemos a fuego medio bajo (5 de 9 en mi vitro). Yo la cebolla y el pimiento lo hago con muy poco aceite para que no repitan los canelones. Es por eso que, al hacerlo con tan poquito aceite, debemos pocharlos a fuego muy bajo, si no se pegarán y se quemarán.
Echamos la verdura y empezamos a sofreir.
Abrimos las latas de atún y escurrimos bien, ya sea el agua o el aceite. Lo desmigamos con un tenedor.
Cuando la cebolla esté transparente y el pimiento blandito añadimos el atún desmigado.
Retiramos del fuego y añadimos 3 cucharadas de salsa bechamel.
Mezclamos bien y reservamos.
Cuando se haya cumplido el tiempo de reposo de la pasta la sacamos con cuidado lámina a lámina y las ponemos sobre un paño grande o, como en mi caso, un mantel pequeñito. Lo que os sea más cómodo.
Con una cucharita de postre vamos poniendo el relleno en el medio de cada placa. No os paseis porque sino luego no cierran bien. Probad con el primero y ajustad más o menos para los siguientes.
Enrrollamos la placa sobre el relleno.
Hasta que el canelón cierre completamente. Así con todos.
Ponemos la salsa de tomate en el fondo de una fuente apta para ir al horno donde nos quepan todos los canelones.
Colocamos los canelones en la fuente con la abertura de la placa hacia abajo.
Cubrimos con todo el resto de salsa bechamel.
Ahora podeis hacer dos cosas, o bien hornear directamente, o bien tapar con film transparente y hornear al día síguiente. A mi me gusta más la segunda opción: la fuente se asienta más y coge más cuerpo y la pasta coge los sabores del relleno y las salsas.
Para hornearlos: precalentamos a 180º el horno. Cuando esté caliente metemos los canelones y dejamos 15 minutos. Pasado ese tiempo abrimos el horno, espolvoreamos con el queso rallado, y ponemos el grill para que gratine hasta que estén dorados por encima. Ojito con esta operación, que el grill parece que lo carga el diablo 😉
Bueno y ya sabeis: con esto y un bizcocho……..
Sed buenos y pasad un buen puente…… Yo por mi parte me comprometo a lo mismo, que ya tengo planes especiales 😉
Tito al moro!!!