No me digáis, acabamos de pasar la festividad de Todos los santos y parece que las navidades ya están llamando a la puerta. A mi personalmente me están dando ganas de ponerme a preparar todas aquellas recetas que terminan en «ones»: turrones, polvorones, pimientos morrones….. Pero mientras tanto os voy dando ideas de recetas que bien os pueden servir para un plato un poco más preparado de comida de fin de semana, como de cena o comida con invitados, hasta una idea fantástica de plato principal para estas fiestas.
Mirad que hubo una época en la que se llevaba muchísimo guisar cualquier plato con Pedro Ximénez, y sin embargo yo nunca me había animado en la cocina. El otro día me acordé de la moda y me fui al supermercado a por una botellita (sí, cualquier excusa es buena para comprar una botellita de vino, sea cual sea el tipo) y me puse manos a la obra.
Por cierto que para esta receta he vuelto a inspirarme en un maestro; Javi, de la página JaviRecetas, para ver su receta podéis pinchar aquí. Por cierto que yo hice la mitad de la receta porque solo eramos dos, pero os conservo las cantidades originales.

Ingredientes (para 4 personas):

  • Entre 2 y 4 solomillos dependiendo del tamaño.
  • Una cebolla grande.
  • Un diente de ajo.
  • 250 ml. de caldo de pollo (agua si no tenéis caldo de pollo).
  • 125 ml. de Pedro Ximénez. 
  • 80 grs. de pasas de moscatel.
  • Una cucharada de harina de trigo normal.
  • Aceite de oliva.
  • Sal y pimienta.
Una hora antes de empezar la receta ponemos las pasas a remojo.
Para empezar ponemos en una cazuela donde vayamos a guisar los solomillos un chorro de aceite de oliva. Sólo lo suficiente para cubrir el fondo, algo menos en el caso de que vayáis a hacer la mitad de la  receta como fue mi caso.
Pelamos el diente de ajo y lo ponemos en el aceite, calentamos a fuego medio/bajo (5 de 9).
Pelamos la cebolla y la cortamos en aros o en juliana, como prefiráis. Cuando el aceite coja temperatura y el ajo empiece a coger un mínimo color, añadimos la cebolla y bajamos un punto la cocina. Echamos unas arenitas de sal. Pochamos moviendo de vez en cuando a fuego lento.
Por otro lado limpiamos bien el solomillo de cerdo de grasas y lo que nos sobre. Sal pimentamos.
En una sartén ponemos una cucharada de aceite de oliva y llevamos a fuego alto (8 de 9). Cuando el aceite coja bien la temperatura pasamos el solomillo y lo doramos bien por todos los lados para sellarlo bien.

Cuando lo saquemos de la sartén, retiramos ésta del fuego y añadimos con cuidado el Pedro Ximénez. Volvemos al fuego y reducimos un par de minutos con los jugos que haya soltado la carne. Reservamos.
Cuando la cebolla esté transparente echamos la harina y rehogamos un poco, siempre a fuego muy bajo.

Añadimos el vino y el caldo de pollo e integramos bien. Removemos bien hasta que la salsa haya espesado ligeramente. Si vemos que espesa demasiado añadimos un poco más de caldo o agua, pensad que todavía se tiene que guisar el solomillo en la salsa.
Añadimos los solomillos y las pasas, tapamos y dejamos a fuego medio/bajo (5 de 9) una media hora.

Para servir el plato cortaremos los solomillos en rodajas gruesas, solo en el momento de servir, y acompañaremos de la salsa.
Podéis acompañar con lo que prefiráis, puré de patata, patatas fritas, etc. Nosotros como no queríamos pasarnos lo acompañamos de una ensaladita fresca, que no sale en la foto por tímida.
Me recontrachifla la combinación en este plato de el tierno solomillo con el dulce de las salsas conseguido con el vino, las pasas y la cebolla.
Si lo preparáis no dejéis de contármelo, yo es que ha sido ver las fotos y estoy otra vez relamiéndome….. 
Que paséis una buena semana, y ya sabéis: «Hay que andar que también anda el Alsa….»
Tito al moro!!!

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