Llevo unos días preguntándome aquello de porqué el bacalao se consume tantísimo en esta época del año. Así que he investigado un poco preguntándole a mi amigo, santo Google, que ha tenido la amabilidad de responderme dando alguno de sus clásicos rodeos.
Lo que yo sí sabía es que, hace años durante la pascua se evitaba comer carne, en homenaje a la pasión de Jesucristo en su camino a la cruz. Así que, como penitencia, la gente preparaba pescado, que por otro lado estaba considerado uno de los símbolos de Jesús, y postres varios que aportasen sensación de saciedad, para olvidar que no se había comido carne. Creencias aparte esto me parece irónico hasta la médula. No como carne porque me solidarizo con el sufrimiento de Jesús pero me atiborro de pescado y dulces….. que morro!!!! El caso es que en aquella época los portugueses y los vascos, pueblos profundamente católicos, eran los principales pescadores de bacalao, un pescado que aprendieron a preparar y conservar. Fueron ellos los que descubrieron la salazón de este tipo de pescado como forma de conservarlo en perfecto estado durante meses, y fue por ello que en épocas de pascua preparaban el bacalao de miles de maneras. Como además, era un pescado que aguantaba muchísimo en salazón, se extendió por toda Europa e incluso América, llegando a ser el pescado más popular durante estas fechas.
Todo esto me ha hecho reflexionar sobre lo relacionada que está la gastronomía con la historia y lo que nos puede ayudar a conservar unas costumbres que, al margen de que estemos de acuerdo o tengan o no sentido, son nuestras raíces.
Y volviendo al bacalao, ese pescado con un sabor tan particular que no gusta a todo el mundo (personalmente me encanta), hay mil y una manera de cocinarlo. Esta que yo os enseño hoy es sencillisima. Lo único que necesita es unas 3 horitas de preparación, porque se cocina a fuego muy lento. Pero es una receta ideal si tenéis invitados, porque no necesita que estéis a última hora pendientes de la comida.
¿No me creéis? Juzgad vosotros mismos 😉
Ingredientes (8 personas):

  • 10 lomos de bacalao en salazón.
  • 2 cebollas medianas.
  • 1 pimiento rojo grande.
  • 1 diente de ajo.
  • 6 zanahorias.
  • 1 tomate hermoso y maduro.

Para preparar el bacalao tendremos que desalarlo al menos 48 horas antes de su preparación, cambiándole el agua 3 veces al día. Tenedlo en cuenta para cuando vayáis a prepararlo.
El día que lo vayamos a preparar lo primero que haremos será pelar las cebollas y trocearlas. No es necesario que los trozos sean muy pequeños.
Cubrimo ligeramente el fondo de una olla antiadherente con aceite de oliva suave y lo calentamos a fuego medio-alto (7 de 9) en mi vitro. Cuando esté caliente echamos la cebolla.

El pimiento lo lavamos y lo troceamos, lo echamos con la cebolla y dejamos pochar.

Cuando el pimiento esté blando y la cebolla transparente añadimos las zanahorias peladas y troceadas en rodajas finas. Dejamos cocinar unos 5 minutos.

Pasado este tiempo incorporamos el tomate pelado y cortado en trozos.

Dejamos cocinar hasta que el tomate se haya incorporado completamente con las verduras.

Pasado este tiempo añadimo los lomos de bacalao desalado con la piel hacia abajo.

Bajamos el fuego (nosotros lo dejamos al 3 de 9) y lo dejamos cocinarse así durante un par de horitas tranquilamente hasta que el bacalao esté tierno y cocinado, moviendo de vez en cuando la olla. La cogéis por las asas y la movéis un poco como haciendo círculos con ella, como quien mueve el hoolahop (no se escribe así ni de coña……). Los últimos 20 minutos le dáis la vuelta a los lomos de bacalao para que se hagan bien por todas partes.

Ya está listo para servir. Conste que yo pretendía hacerle una foto a TODOS los lomos justo antes de servirlo pero no me dio tiempo….. Menudos tragaldabas en mi casa……
Este pescado podéis consumirlo al momento o hacerlo por la mañana para una cena con invitados que tengáis y calentarlo en su propia olla justo antes de servir.

Nosotros lo acompañamos de unas patatas fritas en rodajas que creo que le quedaba sensacional. Otras opciones serían un arroz en blanco o un puré de patata, que si tenéis una cenita con invitados creo que es la mejor opción porque no tenéis que estar a última hora friendo las patatas y queda maravillosamente bien.
Poco más os cuento por hoy, la semana próxima otra receta de bacalao, para seguir la tónica general, y algún dulce para acompañar claro, como manda la tradición 😉
Buen fin de semana, disfrutad y ya sabéis: Tito al moro!!

Pin It on Pinterest

Share This