¿Sabéis de esas veces que os vais de viaje con algún objetivo gastronómico en mente? En mi caso eso son TODOS los viajes…….
En el caso de Londres mi objetivo era probar los dulces de la pastelería Hummingbird Bakery.
Ya había hecho una receta del libro sin tenerlo ni haber ido nunca, la del pan de limón (también exquisito)… y fue a raíz de esa receta que dije «si algún día paso por Londres este sitio es visita obligada».
Tengo impresionantes recuerdos de cuando entré en Hummingbird bakery por primera vez. Se me caían los ojos viendo todo lo que había allí… y tardé bastante en decidirme. Como los precios son para pecar poco nos permitimos probar allí un cupcake cada uno y llevarnos un trozo de alguna tarta para postrear por la noche en el hotel, al final nos decidimos por la de zanahoria.
Es increíble que uno de mis mejores recuerdos del viaje a Londres, además de el concierto de Coldplay en el Royal Albert Hall, sea una imagen nuestra en la habitación del cutri hotel postreando un trozo de Hummingbird bakery con la misma felicidad que cuando era niña probaba los sandwiches de nocilla en los cumpleaños de mis amigos (en mi casa la nocilla estaba prohibida).
Recuerdo que me daban ganas de llorar de lo buena que me parecía que estaba la tarta.
Por supuesto en cuanto llegué me compré por Amazon el libro de repostería de la pastelería en cuestión y me prometí que me pondría manos a la obra…. Pero hoy por ti, mañana por mi y año y medio más tarde aquí estamos.
Os diré que las fotos no le hacen nada de justicia a la tarta, pero pasó lo siguiente; yo pretendía hacerla para llevar de postre a casa de mi hermana, que nos había invitado a comer, pero como siempre, iba super mal de tiempo, así que les dije que después de comer me iba a terminarla a casa y les invitaba a merendar.
El timbre de casa sonó cuando estaba empezando a echar el glaseado por la parte de arriba, así que no me dio tiempo a preparar la sesión de «gabinete de prensa» del carrot cake y le hice fotos a toda prisa, sin luz y sin fijarme lo más mínimo.
Como sé que la voy a repetir, no por mi solo, porque a la «audiencia» le encantó, prometo sacar fotos más decentes y actualizarlas.
De la tarta solo tengo cosas buenas que decir…. está tan rica, las especies le sientan tan bien… Creo que es una de mis tartas favoritas.
Eso sí, me falla un poco el glaseado de queso crema, demasiado dulce para mi gusto. Quise hacer el del libro porque quería ser todo lo fiel posible a la receta original, pero cuando la repita intentaré probar con algún glaseado de queso crema más suave.
Os invito a hacer vuestros propios experimentos, y sobre todo a que probéis la receta… De verdad, es una de las tartas más ricas que conozco…….
Ingredientes:
Para la tarta:
- 3 huevos.
- 300 grs. de azúcar moreno.
- 300 ml. de aceite de girasol.
- 300 grs. de harina.
- una cucharadita de bicarbonato sódico.
- una cucharadita de levadura en polvo.
- una cucharadita de canela molida.
- 1/2 cucharadita de jengibre rallado.
- 1/2 cucharadita de sal.
- 1/4 cucharadita de extracto de vainilla.
- 300 grs. de zanahorias peladas y ya ralladas.
- 100 grs. de nueces.
Para el glaseado de queso crema:
- 300 grs. de azúcar glas tamizado.
- 50 grs. de mantequilla a temperatura ambiente.
- 125 grs. de queso crema bien frío.
Preparación del glaseado:
Batir la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar tamizado con una batidora de varillas. Añadir el queso crema y batir a velocidad baja hasta que se incorpore. Luego batir a velocidad alta unos 5 minutos. Reservar en la nevera.
Preparación de la tarta:
Precalentamos el horno a 170º.
Batimos en un cuenco los huevos con el azúcar moreno y el aceite de girasol con batidora de varillas hasta que estén bien integrados.
En un cuenco juntamos la harina, el bicarbonato, la levadura, la sal y el jengibre. Lo añadimos en tres tandas a la mezcla de huevos mientras seguimos mezclando.
Añadimos el extracto de vainilla.
Ahora ponemos las zanahorias ralladas y las nueces picadas y mezclamos a mano con una espátula.
Vertemos la mezcla en un molde engrasado y llevamos al horno sobre una hora (el mío estuvo una hora y 10 minutos) o hasta que al pinchar el centro con un palillo salga seco.
Dejamos enfriar unos 15 minutos dentro del molde, desmoldamos con cuidado y dejamos enfriar la tarta sobre una rejilla.
Cuando esté completamente frío partimos el bizcocho por la mitad con una lira o un cuchillo afilado.
Ponemos un tercio del glaseado. Ponemos la otra tapa del bizcocho y cubrimos la parte de arriba y los bordes con más glaseado.
Adornamos como más nos guste, en mi caso como me sobró un poco del glaseado lo teñí de naranja e hice unos dibujos simulando zanahorias. Los rabos los conseguí con más nueces picadas (sí ya me dio pereza teñir más glaseado de verde….)
Os digo que tuve un revival como está mandado cuando la probé. Me gusta tanto……
Poco más puedo deciros, de verdad que os animo a probar esta tarta…. está deliciosa, incluso a la gente que no le guste la zanahoria le animo con ella.
Si la ponéis en práctica no dejéis de decírmelo, me encantará.
Pasad un buen fin de semana compañeiros, recordad que «hay que andar que también anda el Alsa…»
Tito al moro!!!
Me encanta esta tarta, es una de mis favoritas sin duda alguna. Desde que la probé aprovecho cualquier ocasión familiar para prepararla. De lujo te ha quedado ¿me invitas a un cachinnn? 🙂
Bicosssssss
Me encanta esta tarta!!! Cuando la repitas, me pido un buen bocado!!!
Por cierto, la decoración a lo Jack Skellington es perfecta para estos días 😉
Yo creo que somos muchos los que hemos pasado por la experiencia del pastel maravilloso en el cutrihotel londinense ….ja.ja.
He hecho varias recetas del libro.Ya sé cual va a ser la siguiente…
Un abrazo,
María José.
VIendo todo lo que lleva ya me dan ganas de ponerme a ella, la pinta es exquisitaaa. bssss
No me extraña que sea una de tus tartas favoritas, la pinta que tiene es fantástica. Me la apunto para prepararla en la primera ocasión que tenga.
Saludos