Es curioso las recetas que surgen de la improvisación y/o los fallos logísiticos. Tú estás pensando: ¿se podrá comer esto que he preparado? y de repente resulta que lo que has cocinado supera tus mismas expectativas……
Eso pasó en mi casa este finde, cuando mi madre me dijo: tengo una masa brisa en la nevera que debe de estar a punto de caducar, ¿que hacemos con ella? Y le dije: un quiche. ¿Que tienes por ahí de sobra mamá?
A lo que me responde: pues mira unas verduras de hacer el caldo de tus sobrinos.
En ese momento yo recordé que teníamos pavo braseado en lonchas en la nevera, que podía estropearse, y decidí que al quiche le iba a dar un sabor delicioso, así que me puse manos a la obra, aprovechando verduritas por aquí y por allá, que mi madre me fue troceando.
El primer problema me lo encontré cuando le fui a echar la nata: no tenía suficiente, así que me acordé de media tarrina de mascarpone que me había sobrado de hacer tiramisú y me dije «uff el mascarpone en un quiche… como no se me habría ocurrido antes?»
El segundo problema fue cuando me dispuse a hornear la masa para darle el dorado previo, la abrí, la olí y no me gustó nada…. estaba como ácida, así que el motivo de haberse propuesto hacer una quiche acabó en la basura…. no hay problema, no es para nada la primera vez que hacemos una quiche sin masa…. ¿verdad?
Vamos al tema:
Ingredientes (8 personas):
– 4 huevos.
– 350 ml. de nata.
– 150 grs. de queso mascarpone.
– 1 cebolla.
– 1/2 pimiento verde.
– 1/2 pimiento rojo.
– 1 puerro.
– 2 zanahorias.
– 1/2 rodaja de calabaza.
– 1/4 calabacín.
– 1 puñado de judías.
– 100 grs. de pavo braseado.
– sal y pimienta.
– aceite de oliva suave 0,4º.
– mantequilla y harina para untar el molde.

Lo primero es trocear el puerro, los pimientos y la cebolla en trocitos pequeños. De la cebolla reservamos unos aros que dejaremos para adornar el quiche. Por otro lado pelamos y rallamos las zanahorias, el calabacín y la calabaza.

Por otro lado les quitamos los bordes a las judías y las troceamos. Las ponemos en un bol, las cubrimos de agua, las tapamos con un film transparente bien ajustado al bol, le hacemos unos agujeritos al film y las metemos al microondas 6 minutos (primero 3 y luego otros 3).

Las escurrimos y reservamos.
En una sartén onda ponemos 4 cucharadas soperas de aceite de oliva suave 0,4º. Calentamos a fuego medio alto (7 de 9 en mi vitro).

Cuando esté caliente bajamos al 6 y echamos los pimientos con el puerro, la cebolla y las judías.

Rehogamos hasta que la cebolla empiece a ponerse un poco transparente (unos 10 minutos) y entonces añadimos las verduras ralladas y salamos.

Dejamos las verduras rehogándose a fuego medio y mientras vamos calentando el horno (180º función ventilador) y preparando la crema para el quiche.
En un bol ponemos 4 huevos.

Le añadimos la nata, el mascarpone, un poco de sal y pimienta molida (usé el molinillo con pimientas de varios colores) y batimos con la batidora.

Untamos un molde redondo con mantequilla y harina.

Vertemos la crema de nata, queso y huevos en él.

Añadimos el pavo cortado en trocitos pequeños.

Las verduras rehogadas (estarán listas cuando estén bien transparentes y antes de que empiecen a dorarse).

Cubrimos con los aros de cebolla que teníamos reservados.

Y horneamos a 180º durante 35 minutos aprox. hasta que el quiche esté doradito. Sacamos del horno y dejamos enfriar.

Y esto es todo, os puedo asegurar que es el quiche más rico que he probado nunca. Es suave y cremoso y el punto dulce de las verduras junto con el pavo le queda tremendo. Ya sé que fue una improvisación pero os animo a probarlo, de verdad que fue todo un éxito.

Hasta el objetivo de la cámara se me empañó 😉
Bueno y con esta receta os dejo hasta la semana que viene, hago un mini parón por semana santa para descansar, espero que todos hagais lo mismo y que disfruteis mucho.
Felices mini vacaciones!!!

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