Como siempre después del día de reyes a mi me queda ir poniéndoos poco a poco los aperitivos que degustamos en mi casa este año. Ya sé que ahora toca aligerar, por eso os publiqué la semana pasada esta crema de zanahoria, pero os dejo estas recetas para cuando tengáis una cena un poco más chic, o simplemente queráis daros un capricho.
La idea de este aperitivo fue de mi hermana Bego, que lo comió en algún restaurante de mucho postín y se quedó con la copla. El día 5 apareció con los ingredientes y yo me puse a ayudarla, cámara en mano, porque ya me pareció que el tema prometía. Y efectivamente, triunfó. El contraste de sabores es delicioso, y el queso brie tierno…… mmmmmmm….. bueno qué puedo decir yo…. no soy objetiva con el brie, es de mis quesos favoritos. Cuando estuve viviendo en Francia comí tanto que a la vuelta estuve meses sin hacerme mi análisis de sangre obligatorio por miedo a reventar el indicador del colesterol (que ya lo suelo tener bastante por encima del límite).
Bueno no me enrollo más. Os dejo con la receta, espero que os guste tanto como gusto en mi casa.
Ingredientes:
– Una plancha de hojaldre fresca.
– Un triángulo de queso brie.
– Un tarro de cebolla caramelizada (la venden en cualquier supermercado, en Mercadona la tenéis fijo).
– Un puñado de dátiles.
– Miel.
Lo primero que haremos será encender el horno a 180º y extender la masa de hojaldre y cortar unos dátiles a la mitad quitándoles el hueso. Los ponemos encima de la plancha de hojaldre haciendo el dibujo del triángulo de brie.
Encima colocamos el queso al que le habremos pelado los bordes laterales.
Por encima ponemos una capa de cebolla caramelizada.
Tapamos con el hojaldre retirando el exceso de masa y uniendo los bordes como en las empanadas.
Pincelamos con miel y ponemos en una bandeja de horno (en este caso usamos un molde de plum cake para no ocupar una bandeja).
Horneamos hasta que el hojaldre se dore.
Dejamos enfriar un poco y servimos aún templado.
Este aperitivo es de los que me encantan porque, además de estar buenísimo, te permite tenerlo preparado unas horas antes y hornear justo antes de servir, así no tienes que estar pendiente de él en todo momento.
Lo dicho lechones, vuelta a la rutina, que por un lado se agradece. Espero que se hayan portado bien los reyes con vosotros, sino presentad una reclamación formal, y os deseo una muy buena semana.
Sed felices y tito al moro!!!
espectacular!!!!
a mi me ha conquistado! con lo que me gusta el brie!!
Me conquistaste a mi también!!
Besos y buena semana.
Caray que bueno!!!, sin duda triunfásteis… El brie es sin duda un queso para trabajarlo, y las posibilidades son muuuuchas.
que hora más mala ésta!!!
Un saludo.
Buenísimos estos aperitivos…. con el hojaldre y el queso calentitos seguro que está de muerte y el dátil aportando dulzor junto con la cebolla caramelizada el no va más…. Me lo apunto. Besos
Con lo que me gusta el brie no puedo de dejar de probar este estupendo aperitivo.
Bicos.
Para derrretirse del gusto, menudo bocado más sabroso, cielo!!!.
Biquiños mil 🙂
Que rico ese hojaldre, una combinación estupenda, a mi me encanta todo lo que lleva.
Nena, la has cagado, y perdóname la expresión, pero es que ahora ahí quedará esta propuesta en mi cabeza y no veo el día par hacerlo.Es que tiene que estar tan bueno…
BIcolos, guapa
Lau, una idea estupenda y sabrosa. Yo también soy muy de brie y camembert. Son dos quesos que combinan genial en ensaladas y en todo tipo de canapes. Con dulce, salado… En fin, que dan mucho juego y, como dices tú, muuucho colesterol. Pero un vicio de vez en cuado hay que darse, hombre!! Bikos!!
Me ha encnatado.
Tomo nota que me encantan los aperitivos y éste se sale.
besitos
Me encanta, como todo el blog, estoy leyendo entradas.
Mmm!! Je fonds devant mon écran:)Bon lundi;)xxx