Esta receta la vi hace unos dias en el blog Chocolate y Pimienta y me atrajo un montón.
Resulta que el viernes mi padre se puso un poco malo de la espalda y me apeteció mimarle con algo de comer, y pensé en hacerle leche frita que le encanta, pero no me apetecía freir, así que me decanté por estos pastelitos, y como además yo no tengo termomix, reinventé la receta cociendo previamente la leche con cáscara de limón y un palito de canela para que se pareciese más a la leche frita.
Los ingredientes son los de la receta original así que os los pongo aquí:
Ingredientes:
– 1/2 litro de leche.
– 2 huevos.
– 100 grs. de harina.
– 175 grs. de azúcar.
– 50 grs. de mantequilla.
Preparación:
Se pone a calentar la leche en un cazo con la cáscara de un limón y un palito de canela.
A parte en un bol se ponen los huevos y el azúcar y se baten hasta que la mezcla se queda blanquita.
Luego se añade la harina poco a poco hasta que queda toda agregadita y bien mezclada.
Por otra parte se aparta la leche del fuego, se cuela y se le añade la mantequilla.
Se remueve bien y se añade a la mezcla de los huevos, el azúcar y la harina.
Cuando está la crema preparada se preparan unos moldes de magdalenas (yo estrené unos nuevos que compré de silicona).
En la primera tanda los llené solamente 2/3 de su capacidad, pero luego me di cuenta de que quedan mejor si se llenan hasta casi arriba del todo (no se desparrama y luego cuando se sacan del horno bajan bastante).
Se meten al horno precalentado a 180º durante 35 minutos.
nena te han quedado geniales,,yo antes de tener la tmx,,era la reina de las adaptaciones y la verdad que si tienes maña queda super bien,un abrazo.
Pues es que desde que los vi en tu blog (la foto esa que pusiste del corte) se me pusieron los dientes larguísimos y me decidí a hacerlos (a parte no es complicado tener los ingredientes en casa).
La adaptación me salió bien pero me pasé un poco con el horno (me dio miedo sacarlos demasiado crudos) y al final estaban un pelín más secos de lo que deberían.
Eso sí… tu receta espectacular.. no quedó ni uno 😉
Un beso