Os contaré un secreto de cuando era pequeña.
Un día me llevaron mis padres a una conocida cafetería del centro de Nigrán porque conocían a «no-sé-quién» que les había invitado a una cata de mousse de chocolate. Por aquella época no tendría yo más de 7 años y el concepto «mousse de chocolate» era totalmente desconocido para mi.
Trajeron una mousse para que la probásemos y mis padres y mis hermanas cogieron educadamente una cucharadita cada uno, luego me dejaron probar a mi.
Yo me metí la primera cucharadita en la boca y aquello me supo a gloria bendita…. Tal fue el disfrute que me olvidé de que era para compartir y «de prueba» y me lo pimplé como mis primos cuando jugaban a quien se comía el flan con las manos detrás de la espalda.
Afortunada yo, a todos les pareció gracioso, y el camarero, orgulloso de que a alguien le gustase tanto la mousse nos trajo otro de prueba. Supongo que en ese segundo mi madre se planteó no dejarme tomar, al fin y al cabo ya me había tomado mi ración de sobra, pero como soy la más pequeña y la más mimada le di pena y me dejó probar del segundo. Hice exactamente lo mismo. Lo que ya no entendí ahí fue el cabreo general, porque bien es conocido ese famoso dicho de «la primera vez que te engañan es culpa del que te engaña, la segunda vez es culpa tuya por haberte dejado engañar….»
Sé que el camarero trajo una tercera muestra, y sé también que me las ingenié para meter la cuchara. Desde luego no de la misma manera que los anteriores pero algo es algo.
También sé que no volvimos a aquella cafetería…. Ni idea de porqué…..
Esta historia a mi me dejó secuelas, y es que de vez en cuando me dan ramalazos de antojo de mousse de chocolate que no veas, así que el otro día, tras uno de ellos, busqué una receta en la web y me encontré esta de pintaza absoluta de Javi Recetas.
Me puse manos a la obra y fue el postre de una comida muy especial. Estaba realmente sensacional. Más que describirlo prefiero dejaros con la foto, y con las ganas de mousse claro 😉

Ingredientes (para dos personas):

  • 100 grs. de chocolate negro, el que más os guste (yo usé el lindt postres 70% de cacao).
  • 65 grs. de azúcar (unas 3 cucharadas).
  • 15 grs. de mantequilla sin sal.
  • 2 huevos grandes.
  • una cucharada de agua.
Lo primero que haremos será separar las claras de las yemas de los huevos.
Ponemos las yemas en un bol con dos de las cucharadas de azúcar. Batimos con una varilla hasta que la mezcla doble su volumen y blanquee. Reservamos.

Troceamos en otro bol el chocolate finamente, le añadimos la mantequilla y el agua y derretimos a baja potencia en el microondas en intervalos de 20 segundos removiendo bien para aprovechar el calor residual de cada vez que lo metéis. También lo podéis hacer al baño maría. Dejamos templar un poco.
Añadimos la mezcla de las yemas a la del chocolate y mezclamos cuidadosamente.
Por otro lado batimos las claras en un bol bien limpio con unas varillas y una pizca de sal. 
En cuanto empiecen a montar añadimos la cucharada restante de azúcar y seguimos batiendo hasta que cojan el punto de nieve (que al darle la vuelta al bol no se caigan).
Cuando las claras estén listas las añadimos poco a poco a la mezcla de chocolate. Primero añadimos un tercio de las claras, mezclamos cuidadosamente con movimientos envolventes con una espátula, seguimos con el siguiente tercio y así hasta acabar las claras.

Ponemos la mousse en los vasos donde la vayamos a servir y refrigeramos bien tapada (para que no coja olores de la nevera) durante un mínimo de 3 horas (mucho mejor si la preparáis de un día para otro).
A la hora de servir decoráis como más os guste, que si unas hojas de menta, que si nata montada, que si una frambuesa….. A mi la mousse me gusta así, solo mousse de chocolate, nada más.
Ya sabéis lechones, sed buenos, no como yo con la mousse, y «hay que andar que también anda el Alsa»
Tito al moro!!!

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