Hace cuestión de 3 semanas se me ocurrió preparar como aperitivo una focaccia, había hecho pizza cientos de veces, pero nunca una focaccia. Así que cogí mi libro favorito del tema: 1 masa, 50 pizzas y, por supuesto, dupliqué las cantidades…. los 7 a comer, como para no.
La receta del libro era con tomates secos y romero, pero yo la había comido en un restaurante italiano con cebolla y orégano y me había pirrado, así que la modifiqué a mi gusto.

La focaccia fue un éxito absoluto, a todos nos encantó, nos la acabamos ese mismo mediodía… está tremendamente tierna y el sabor a cebolla le queda estupenda. Es curioso que, cuando estaba editando las fotos, ya hace una semana o algo más, visité uno de mis blogs favoritos, Mercado Calabajío, y cual es mi sorpresa cuando Carlos nos presenta una super focaccia con aceite de ajo y romero. Me alucina el Mercado Calabajío, todas las recetas me apetece probarlas y además con los paso a paso queda todo super claro, así que me paso siempre toda emocionada: ¿que tendrán Carlos y Lola hoy de comida? …. y ese día me encontré la grata sorpresa de que ellos también habían probado a hacer la focaccia, así que ya les he cogido la idea para cuando repita. Os queda el enlace, no dejeis de visitarlo aquellos que no conozcais su blog, de verdad que es increible, y para aquellos que no os guste la cebolla, teneis en el Mercado Calabajío una alternativa estupenda.

Vamos a meter las manos en la masa…….

Ingredientes (para una focaccia tamaño bandeja de horno):

– 50 grs. de levadura fresca.
– 2 cucharaditas de azúcar.
– 300 ml. de agua tibia.
– 500 grs. de harina.
– 1 cucharadita de sal.
– 9 cucharadas de aceite de oliva.
– 1 cebolla mediana.
– orégano.
– mezcla de quesos para gratinar.

Preparación tradicional:

Desmenuzar la levadura en una taza y añadirle el azúcar. Echar la mitad del agua tibia y mezclar hasta que esté todo disuelto. Hacer en un bol amplio un volcán con la harina con un agujero en el centro, en el que echamos la mezcla de la levadura y el azúcar. Tapamos con un paño y dejamos reposar 15 minutos. Pasado este tiempo añadimos en el centro la sal, el aceite y el agua restante. Trabajamos con las manos hasta obtener una masa elástica. Cubrimos con un paño y dejamos reposar 45 minutos.

Preparación con amasadora:

En una taza calentamos un poco el agua hasta que esté tibia. Añadimos la levadura desmenuzada y el azucar y removemos bien hasta que esté disuelto. Eso lo echamos en la cubeta. Añadimos el aceite y por últimos la harina con la sal. Conectamos el programa que incluye amasado y levado. Dejamos finalizar.

Una vez que la masa ha reposado y ha aumentado la estiramos en una bandeja de horno que habremos cubierto con papel vegetal. Yo la estiré con las manos, no le pasé el rodillo y al final quedó bien, así que no os mateis. La tapamos otra vez y dejamos reposar 15 minutos más. Mientras precalentamos el horno a 250º.

Pasados los 15 minutos destapamos la masa y le hacemos agujeros con el mango de una cuchara de madera (o lo que podais encontrar por casa).

Untamos la masa con aceite de oliva (si teneis pincel estupendo sino tanto con una servilleta como con los dedos…. todo sirve), echamos unas escamas de sal (yo no tenía pero si teneis sal maldon estupendo), el orégano, la cebolla cortada en tiras y un poco de mezcla de quesos.

Bajamos el horno a 200º y horneamos unos 12 minutos, hasta que veamos que la focaccia está doradita.

En la receta original pone que se hornee a 250º durante 6-8 minutos, pero a mi me pareció exagerado y quise variarlo, el que quiera puede probar a esa temperatura y me cuenta 😉

Lo dicho, no dejeis de probarla, es muy fácil y sale realmente buena. Tanto para comer cualquier día como para una cena de invitados es un aperitivo sensacional.

Me despido por hoy, que ya son horas, que tengais una muy buena semana.

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