La verdad es que llevo una semana liadísima…. a todas las cosas que habitualmente tengo que hacer se suma que desde el domingo toda mi atención la centro en 3 kilos de carne tierna con patas de alambre al que puedo llamar sobrino.

Ayer lo comentabamos mi hermana y yo. Eso del amor no es ni racional ni proporcional, porque a ver, como se le puede querer tanto a un chico que solo lleva 4 días en este mundo y que no interactúa para nada, excepto para hacer caca,comer y dormir? Miro para él y me sobresalto cuando él se encoge, me agobio hasta el infinito si veo que se atraganta y estoy todo el rato vigilando que duerma de lado, …. Y eso que no soy su madre….
En fin que he llegado a la conclusión de que si algún día soy madre me encerrarán en un psiquiatrico por histérica.

Ayer llegué a clases de inglés con los deberes sin hacer…… pero rapidamente le conté a mi profesora que es que había tenido un sobrino y me dijo que entonces no pasaba nada…. ¿Cuanto tiempo creeis que me valdrá la excusa? Por si las moscas voy a hacer los de esta semana….

Estamos de celebración, pero aún no he tenido tiempo de preparar algún postre que lo demuestre. Lo dejo pendiente, de hacer y de publicar, pero para que no nos tomemos el postre solo pongo la receta de esta buenísima empanada de chocos.

La he hecho con la receta de la masa de empanada de mi abuela, que es la favorita en mi casa. La he adaptado a la panificadora pero se puede hacer igualmente en método tradicional.

Ingredientes:

– 1/2 kg. de harina.
– 1 vaso (de los de nocilla) de leche.
– 1 chorro de aceite de oliva.
– una cucharadita de postre rasa de sal.
– 1 huevo.

Para el relleno:

– 3 chocos grandes.
– 4 cebollas medianas.
– 3 pimientos.
– sal al gusto.


Preparación de la masa en panificadora.

Ponemos en la cubeta por este orden: el huevo batido, la leche con la sal disuelta en ella y la harina. Programa de amasado (en la cocinera el 13) . Cuando la panificadora haya hecho una bola con los ingredientes añadimos un chorrito de aceite de oliva y esperamos a que se integre. Una vez mezclado el aceite vemos si la masa se despega de las paredes de la máquina, si no lo hace añadimos cucharas soperas rasas de harina una a una hasta que se nos despegue bien y dejamos que termine de amsar. Como ya os habreis imaginado no lleva levadura así que en cuanto termine la máquina de amasar ya podemos utilizarla.

Preparación de la masa con método tradicional.

Hacemos un volcán con la harina y en el medio echamos el huevo, la sal y un poco de leche. Vamos añadiendo la leche poco a poco y cuando esté toda incorporada le añadimos a la masa un chorrin de aceite de oliva. Amasamos bien. Si vemos que la masa está muy pegajosa le añadimos un poco más de harina, siempre a cucharaditas soperas rasas para no pasarnos. Tiene que quedar una masa elástica, que no sea compacta.

Preparación del relleno.

Pelamos y picamos la cebolla cortada muy fina y la rehogamos con aceite de oliva junto al pimiento en una olla.
Cuando la cebolla esté transparente añadimos los chocos limpios y troceados en cuadraditos pequeños (más o menos del tamaño de los sugus). Cuando los hemos añadido todos añadimos el contenido de una de sus bolsas de tinta. Salamos.

Dejamos a fuego medio (al 6 de 9 en mi vitro) durante 45 minutos o hasta que al probar los chocos estén tiernos.

Una vez hechos apartamos del fuego. Tened en cuenta que los chocos sueltan mucha agua.


Dividimos la masa que teníamos preparada en dos partes iguales. Estiramos una mitad lo más fina que podamos y la ponemos en una bandeja de horno engrasada con aceite. Como podeis ver en la foto de tan fina que hice la masa tuve que poner 2 o 3 parches de masa…. no os preocupeis si os pasa esto que queda igual de buena. Lo importante es hacerla finita, es lo rico de esta masa.


Cubrimos la mitad de la masa con el relleno escurriéndolo previamente (como ya os he dicho tiene mucho líquido por los chocos).

Estiramos la otra mitad de la masa y cubrimos con ella el relleno. Recortamos y hacemos los bordes.


Precalentaremos el horno a 200º para tenerlo preparado…. y ahora os diré como funciona en mi casa lo de pintar la empanada. Generalmente aprovechamos el aceite del relleno (suele sobrar al escurrirlo) pero en este caso no valía porque al hacerla de chocos en su tinta…. os imaginareis el posbile desastre. Otra opción es pintarla con huevo, o incluso con leche (sale más blanquita). La que vosotros prefirais… yo en este caso decidí aprovechar unas claras que le habían sobrado a mi madre de hacer natillas, las batí un poco y unté con ellas.

Una vez untada pinchais la superficie con un tenedor y le haceis un agujerito en el centro.


Horneamos la empanada a 200º media hora o hasta que esté doradita.

Sería dificil para mí decir cual es mi empanada favorita. En masas lo tengo claro: ésta. Pero lo del relleno es más dificil y suele variar dependiendo de cual me haya comido más recientemente 😉

Y con esto dejo pendiente el dulce de celebración….. de doble celebración en realidad… aunque esa historia ya es para otro día….

Que tengais una buena semana, yo en particular soñaré con el angelito……

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