Y un mes más tarde, estoy aquí de nuevo. Otra vez me he marchado sin avisar, pero es que no sabía que me iba a ausentar por tanto tiempo. Y es que, entre una semana de vacaciones, otra de gastroenteritis, otra de dieta porque la gastroenteritis fue muy gorda, y otra de trabajo hasta las orejas, no me dio tiempo casi ni a dormir.
Pero lo que cuenta es que aquí estoy de vuelta, ya en pleno veranito, para seguir dandoos la tabarra.
La receta de hoy que conste que no es mía, yo soy solo la redactora (sí bueno también la caté) pero la cocinera y fotógrafa es mi hermana María.
Tengo que deciros que mi hermana cocina de maravilla, suya también es la receta de la ensalada de mango y foie que tengo publicada, el pionono de salmón y aguacate, y sabe Dios cuantas más. Os confesaré que de cara a mi blog es un fichaje de categoría. Sólo me falta convencerla de que saque las fotos a sus platos con la cámara fotográfica, y no con el teléfono….. Hace unas semanas preparó unas carrilleras que estaban de coña y que no he podido aprovechar porque las fotos estaban borrosísimas.
Las de hoy las sacó con el teléfono. No son la leche, pero creo reflejan suficientemente la calidad de la receta. Deciros que, además de super original, la receta está tremenda. Al contrario de lo que pueda parecer, no tiene un sabor super marcado a chocolate, y le queda genial. Además el punto de acidez del vinagre contrastaba de maravilla.
No me enrollo mucho más, os dejo con la receta, espero que la disfrutéis.

Ingredientes:

  • 1 conejo.
  • una raíz de jengibre fresco.
  • una ramita de perejil.
  • 5 dientes de ajo.
  • 60 grs. de chocolate amargo (el de mi hermana era en gotas).
  • un vaso de chupito de vinagre de módena.
  • un vaso de chupito de jerez.
  • 6 zanahorias.
  • aceite de oliva.
  • sal.

Pelar el jengibre (la cantidad equivalente a 3 dientes de ajo) y lo ponemos en el mortero con el perejil y los dientes de ajo pelados. Se maja todo y con esta mezcla se adoba el conejo. Lo dejamos así adobado unos 15 minutos.

En una olla ponemos aceite para cubrir el fondo y lo calentamos. Cuando esté caliente lo doramos a fuego alto (mi hermana al 8 de 9) hasta que coja color (se terminará de hacer con la salsa).
Mi hermana doró todo el conejo a un tiempo, pero depende del tamaño de la olla donde lo estéis dorando, si es pequeña id por partes.

Una vez todo el conejo está dorado se pone todo en la olla en la que lo hemos dorado y se añaden las zanahorias peladas y cortadas en rodajas. Damos unas vueltas.
A los restos que quedaron en el mortero le añadimos 2 dedos de profundidad de agua y el chupito de jerez, revolvemos bien para aprovechar todo lo que quedó y añadimos a la olla del conejo.
Bajamos el calor a fuego medio (mi hermana 5 de 9) y dejamos media hora.
Pasado este tiempo añadimos el chupito de vinagre, y si vemos que se quedó seco de salsa un poco más de agua. Bajamos a fuego bajo (mi hermana al 3 de 9) y dejamos hacer tapado hasta que al pincharlo esté tierno (entre 45 minutos y una hora).

Cuando el conejo ya esté tierno se añade el chocolate troceado en trocitos pequeños o en gotitas (como lo tengáis) y se deja hacer 10 o 15 minutos más moviendo la olla de vez en cuando con las manos para que el chocolate se vaya deshaciendo poco a poco y se distribuya uniformemente por el conejo.
Tened en cuenta que, mientras estáis haciendo el conejo, antes de echar el chocolate, podéis añadir agua en cualquier momento si os parece que se está quedando muy seco.
Y ya tenéis este plato de categoría listo para servir e impresionar a vuestros invitados.
Y poco más queridos, os deseo que paséis una semana estupenda, que no paséis demasiado calor y…. ya sabéis…. Tito al moro!!!

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