Tengo miles de recuerdos de toda mi infancia…. Recuerdos de todo tipo, entre ellos recuerdos gastronómicos, pero hay algo que nunca se me olvidará: el día que mi hermana probó la berenjena frita…. Oh cielos!! Si no dijo 100 veces que le encantaba la berenjena frita no lo dijo ninguna.
A partir de aquel día, cuando alguien decía que algo le gustaba un montón nosotras le respondíamos «Tanto como la berenjena frita?» para luego cascarnos de risa y que la gente nos tomase por locas (no del todo mal encaminados….).
El caso es que le doy toda la razón del mundo a mi hermana, a mi también me encanta la berenjena frita: en rodajas (rebozada y frita), tipo sandwich (rellena de jamón york y queso, rebozada y frita) y recientemente conocí este plato: palitos de berenjena fritos con miel. Fue en un viaje que hice con mis padres a Córdoba, comiendo en el Parador. Nos pusieron un plato y si no hubiese sido de mala educación me lo habría ventilado yo entero sin ningún tipo de miramientos (excepto los de mi madre claro).
Muchas veces desde aquel viaje (y desde lo de mi hermana seamos sinceros..) me he acordado de la berenjena frita, y un día enganché una en el super y me puse manos a la obra.
Para prepararlas recurrí a mi libro de cocina por excelencia: Google, y me encontré con este vídeo de Canal Cocina que os dejo aquí mismo:

La receta es realmente fácil, la miel le queda de maravilla a las berenjenas y es un aperitivo que triunfa. La única pega que le pongo es que hay que freírlas justo antes de comérselas……
Por lo demás espero que os gusten, y que luego cuando digáis que algo os gusta yo os pregunte: ¿Tanto como las berenjenas fritas?

Ingredientes:

  • Una berenjena.
  • Harina.
  • Agua.
  • Aceite de oliva suave para freír.
  • Sal
  • Miel

Lavamos la berenjena y la cortamos en bastones de más o menos el mismo tamaño. Llenamos un bol donde nos quepan todos los bastones (o dos si uno no os llega) con agua con 3 cucharadas de harina y una cucharada sopera de sal.

Metemos los palitos de berenjena en el bol o boles y dejamos reposar media hora.
En un cazo o sartén profunda ponemos abundante aceite de oliva suave a calentar (yo lo puse de girasol por temas logísiticos pero el ideal es el de oliva).

Escurrimos bien las berenjenas. En una bolsita pequeña ponemos 3 cucharadas de harina, metemos unos cuantos palitos de berenjena dentro, cerramos la bolsa y la agitamos bien para que las berenjenas cojan la harina. Abrimos la bolsa y las pasamos a un escurridor.

Procedemos así con todos los palitos.
Cuando el aceite esté bien caliente (yo primero puse la vitro al máximo y cuando el aceite estaba caliente freí las verduras al 8 de 9) vamos friendo a los pocos los palitos de berenjena. ¿Porqué a los pocos? Porque si metemos demasiados nos baja la temperatura del aceite y las berenjenas absorberán demasiada grasa.
Lo ideal es que queden crujientes por fuera y tiernas, pero no engrasadas por dentro.

Cuando las vayamos sacando del cazo las pasamos primero a un escurridor (sí, el escurridor es el gadget estrella en esta preparación) y luego a un poco de papel absorbente para que no estén demasiado aceitosas.
Ponemos en la fuente en la que vayamos a servir y regamos con un chorrín de miel como quien aliña la ensalada.

Ya habéis visto que es una receta bien sencilla…. pero como gusta eh?? 😀
Venga lechones, no seáis demasiado malos, y que tengáis una buena semana….. Tito al moro!!

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