Hoy os traigo otra receta tremendamente sencilla para un aperitivo que entra muy bien en cualquier época del año.

La receta la copiamos de una amiga de mi madre, que nos ha invitado infinidad de veces a comer y siempre nos las ponía… y nosotros nos poníamos las botas claro, todo el mundo sabe que el mayor piropo a la cocinera es que se coman lo que ha preparado.

Facilisimas y si os gusta el ajo no podreis parar de comerlas. Se pueden hacer tanto con aceitunas negras con hueso o sin él. Estas eran sin, pero a mi me gustan más con….. aquí es cuestión de gustos…. Lo que sí si las haceis con aceitunas sin hueso tened en cuenta que chuparán más aliño y estarán un pelin más fuertes.

Al tema.

Ingredientes:

– Un diente de ajo (si quereis más o menos depende del sabor).
– Una cuharada de tomillo.
– Una cucharada de orégano.
– Aceite de oliva suave.
– Un bote de aceitunas negras.

En un mortero machacais el ajo junto con el tomillo y el orégano. Añadis aceite, aproximadamente dos dedos de profundidad del mortero y revolveis bien.
Luego poneis las aceitunas negras sin llegar a llenar todo el mortero, para poder revolverlas bien. Las moveis para que se impregnen del aliño y las conservais en la nevera. En lo que tardeis en sacarlas para tomarlas abrid el frigo de vez en cuando y removedlas un poco, para que todas vayan cogiendo sabor.

No os preocupeis por no utilizar todas las aceitunas del bote porque no os caben en el mortero… Según las vayais comiendo podeis ir rellenando con aceitunas, que el mismo aliño se puede reutilizar para todas las de un mismo bote. Cuando relleneis procurad dejar las nuevas en la parte de abajo, así les damos más tiempo a coger sabor.

Nada más amigos…. que tengais una muy buena semana con algo menos de trabajo que yo 😉 y a los afortunados que esteis de vacaciones DISFRUTAD!!!

Tito al moro!!

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