Os contaré hoy que a mi las galletas compradas en general no me chistan mucho. Prefiero una tostada con aceite de oliva, o con mantequilla y mermelada, o un bollo, vamos casi cualquier cosa….. Pero como en todo, hay excepciones, y hay cierto tipo de galletas que me apasionan.
Eso me pasó por ejemplo en Vitoria. Tuve que ir en Marzo por un viaje de trabajo y paseando un poco por la ciudad entré en una pastelería a probar unos bombones que recordaba le regalaban a mi padre cuando yo era pequeña. A parte de comprar un par de bolsitas de bombones me llamaron la atención unas bolsas de galletas, «galletas de nata», no sé deciros porqué me llamaron la atención. Eran rectangulares y sencillas, muy finitas, ni chocolate ni historias, y venían en una sencilla bolsa de plástico, la misma en la que te ponen las gominolas en los chiringuitos, pero el caso es que noté como decían mi nombre, y claro las compré.
Ja!! Buena pena les quedó a los bombones, mi relación con las galletas fue muy breve pero aún más intensa y me quedé con ganas de poner un anuncio en internet del estilo «Transporté de palés de galletas desde Vitoria a Vigo, se paga bien».
Recuerdo que miré los ingredientes y aún me sorprendí más: Harina, huevos, mantequilla y azúcar. Disculpe: ¿y la nata?????? Bueno se lo perdono que están rebuenas……
Dado que nadie ha contestado a mi imaginario anuncio de internet sobre los palés de galletas decido que alguna receta habrá por internet o en algún libro de galletas con esos ingredientes…… Y cuando estoy pensativa (vegetativa) en la cocina reparo en un libro que también dice mi nombre…. Un libro negro con una soperita monísima de portada…. Que me compré hace poco….. Y que según me compré me senté en el bordillo de la librería a leer. ¿No tenía ese libro mágico una receta de galletas? Hombre pues por eso es un libro mágico. Lo abro, me voy al índice y veo: Galletas de mantequilla. Me voy a la página y veo los ingredientes: Mantequilla, harina, huevos, azúcar y esencia de vainilla.
YA SABÍA YO QUE EN ESTE LIBRO SE PODÍA CONFIAR.
Sí queridos sí, las galletas de mantequilla que preparé son las de Su de los Webos. Podéis ver su receta pinchando aquí o aún mejor, comprando su libro, que estoy segura que se convertirá en un referente para vuestras cocinas, como ya lo ha hecho con la mía.
Si por algún casual de la vida no conocéis su blog (me da la risa pero bueno) no perdáis más tiempo e id corriendo a visitar los Webos Fritos.
Por mi parte, y volviendo a las galletas, el resultado me pareció espectacular y el sabor tremendamente parecido a mis amantes vascas. Me la quedo la receta para preparar cantidades ingentes en las tardes lluviosas de invierno y comer sin ningún tipo de control con un café, chocolate, zumo, …… o con nada, sólo las galletas y yo. Que buenas señor……. Gracias rubia!!!!

Ingredientes:
– 300 grs. de mantequilla.
– 200 grs. de azúcar.
– 2 huevos.
– 500 grs. de harina.
– una cucharada de esencia de vainilla.
Empezamos metiendo la mantequilla unos segundos en el micro para ablandarla un poco. Le añadimos el azúcar y mezclamos bien con unas varillas.

Cuando esté bien integrado añadimos los huevos y la esencia de vainilla. Volvemos a mezclar.

Una vez la mezcla esté homogénea añadimos la mitad de la harina, integramos con las varillas, añadimos la otra mitad y terminamos de amasar con las manos.

La segunda mitad de la harina id añadiéndola poco a poco mientras mezcláis con una cuchara. Cuando ya os quede poca harina que añadir meted las manos y amasad mientras añadís la harina hasta que veais que obtenéis una bola que no se os pega a las manos.

Llegado ese punto tapáis la masa con film transparente y la metéis al frigo una horita.
Pasado ese tiempo precalentamos horno a 180º, sacamos la masa del frigo y la ponemos entre dos papeles vegetales. Aplanamos primero un poco con las manos y luego ya con el rodillo hasta dejar del grosor deseado. Yo como intentaba imitar las galletas de nata las dejé muy finitas, y la verdad que me encantaron.
Con un cortador de la forma que más os guste vais cortando las galletas y poniéndolas en una bandeja de horno forrada con papel vegetal.

Horneamos unos 15 minutos o hasta que se empiecen a poner doradas, dependerá del grosor del que hayías hecho las galletas, en el mío con unos 12 minutos les llegó.

Una vez fura del horno las dejamos enfriar y las decoramos con lo que nos apetezca. A mi me pareció que con azúcar glas podían parecerse mucho a las que os digo y la verdad es que les quedaba de maravilla.
Me da la sensación de que las galletas, guardadas en una buena lata duran una semana tranquilamente, pero lo digo sin mucho peso porque en mi casa no pasaron del segundo día…..

Lo dicho soletes…. tanto a los que os gusten las galletas, como los que seais reacios tenéis que probar esta receta. Saben deliciosas, son fáciles de hacer y baratas. ¿Alguien da más?
Sed buenos, tened una buena semana y…….. Tito al moro!!!!

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